A
Sr. Sukolowsky
S / D
De mi consideración:
Habiendo leído en la pagina de
la Comisión de Fomento la invitación a sumarse al programa de las
"Alarmas Comunitarias" para buscar una forma integral
de cooperación entre los vecinos para hacer frente a la inseguridad,
considero que dicha medida es solo un paliativo (analgésico) ante un flagelo mucho mas extendido y preocupante del que quizás avizoramos.
Lo realmente preocupante, ademas de la incursión de los "amigos" de lo ajeno, es la ausencia reiterada de la participación de los
organismos que deben prevenir y combatir el delito.
Considero
que se debe comprometer la participación del gobierno local (municipio)
como el ente integrador y coordinador por excelencia de lo programas de
Seguridad Ciudadana.
Esta
propuesta requiere de un enfoque integral que incluya y sistematice los
distintos proyectos institucionalizados de prevención primaria,
secundaria y terciaria.
En otras palabras todo municipio debe contar con programas de seguridad,desarrollo urbanístico, social, laboral y educativo.
Ya
no caben dudas que son los Gobiernos Locales, las figuras
institucionales adecuadas para impulsar y coordinar políticas
transversales de seguridad ciudadana.
En
este contexto el espacio municipal, se establece como el ámbito
propicio desde el cual generar acciones creativas y más cercanas a sus
ciudadanos, las cuales puedan enfrentar la inseguridad y actuar a la vez
sobre las circunstancias asociadas y derivadas de ella. O sea,
estableciendo un esquema preventivo de la seguridad que afronte las
causas objetivas y subjetivas de la violencia, reduzca los factores de
riesgo y trabaje así en la reducción del nivel delictivo.
La
seguridad se construye coordinando una actuación preventiva y
comunitaria, con políticas sociales, donde es primordial trabajar por la
cooperación y articulación de los distintos órganos públicos que
presten servicios y produzcan políticas que directa o indirectamente
contribuyan a la seguridad urbana.
Es fundamental la participación de los municipios en la promoción de acciones preventivas de seguridad.
Muchas
veces se defiende y justifica la carencia de la misma desde el punto de
vista de los recursos limitados de que disponen lo municipios y que por
ende los torna reticentes a lo que consideran “la adquisición de una
responsabilidad más de las que disponen a la actualidad”.
Sin
embargo, esto es doblemente falso, en primer lugar, porque lo deseen o
no, el problema esta es parte de la columna vertebral de los municipios,
en tanto y en cuanto son los primeros receptores de las consecuencias
negativas que derivan del incremento de los índices de inseguridad. Sin
mencionar claro, el tejido social desintegrado que heredan como
consecuencia.
Segundo,
porque es casi ampliamente conocido que las condiciones socio
económicas juegan un rol sumamente importante en las variaciones de los
índices de seguridad. Mayores niveles de desarrollo local y regional,
facilitan menores fenómenos de inseguridad.
Espero
que entendamos pronto que si uno quiere enfrentarse al tema de
seguridad, también tiene que enfrentarse a la cuestión del desarrollo,
considero esa conexión cada vez mas presente.
Hay
que atacar la causa estructural para frenar el delito. Si hace cuarenta
años atrás la delincuencia era menor y menos agresiva, no es porque de
golpe nos hayamos vuelto feroces por inclinación espontánea, sino porque
el dique que hacia respetar ciertas reglas a los delincuentes se ha
roto. Para amplios sectores no existe, desde la infancia, ni contención
ni horizonte.
Con
lo cual cabría suponer que el uso efectivo de los recursos municipales,
coordinados e integrados en un uso estratégico y eficiente de los
mismos permitiría a la vez, no sólo lograr incrementos en los niveles de
desarrollo económico sino también contribuir preventivamente a la
reducción de los niveles de inseguridad. Y el desarrollo empieza por los
municipios.
Estamos
hablando de combatir la inseguridad desde su raíz, cuando hablamos de
desarrollo local, estamos hablando de fortalecer a la familia como pilar
de la democracia y como red de protección social.
La
calidad de las ciudades depende fundamentalmente de la calidad de los
ciudadanos, pero esto tiene su origen y ese es la intervención efectiva
del municipio en su accionar en los diversos programas que le competen.
Quizá
la pregunta reflexiva para comenzar a involucrarnos más directamente en
una correcta política de seguridad ciudadana, no es tanto “por qué los
municipios” sino más bien “Por qué no?”.
Atte.
Cr. Juan Zareba
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