A
Sr. Ruben Sukolowsky
Comisión de Fomento Altos La Calera
S / D
De mi consideración:
Los presupuestos de las administraciones nacional, provincial y municipal, sea cual fuere la jurisdicción, marcan las pautas fundamentales en los gastos y recursos de los distintos estamentos del Estado.
Su importancia radica en que establecen las coordenadas racionales sobre las que se inscribirá la trayectoria de una administración durante un período determinado.
La realidad de nuestro país nos muestra que en no pocas situaciones el accionar de nuestros responsables electos parece ser inverso al sentido mismo del nacimiento del Estado que debe ser el de buscar el adecuado equilibrio en la aplicación de las distintas cargas tributarias.
Toda gestión tiene la obligación de ser justo con sus ciudadanos. El de contribuir con sus disposiciones y reglamentaciones a que todos los habitantes alcancen un digno bienestar.
En la actualidad no existe “indexación para todos y todas” de los ingresos de los argentinos. Para el conjunto de la población los ingresos reales están en función del particular mercado en que actúan, no sólo por cuestiones de índole micro, local o global, como debería ser, sino por la multiplicidad de impuestos y tasas contributivas, subsidios, controles de precios, tasas de interés negativas, prohibiciones de distintas índoles, entre otras.
Lo que parece un problema distante de las finanzas públicas en realidad no es ajeno a la vida cotidiana de los ciudadanos que perciben la demora, suspensión y o paralización de las obras publicas, el debilitamiento en la prestación de los servicios mínimos, diferimiento en el pago a los prestadores y proveedores, etc.
Dicha situación además cobra vital importancia a esta altura del año por el tratamiento que se realizara en los próximos días del Presupuesto 2013 de la Ciudad de La Calera.
En todos los ámbitos administrativos bien organizados, el Presupuesto constituye un instrumento alrededor del cual gira la política de corto plazo, e incluye la respectiva cuota parte de las de mediano y largo plazo.
Toda administración debe adjudicarle primordial relevancia a su elaboración, para permitir un adecuado equilibrio entre los ingresos y gastos.
No es razonable que todo se tienda a resolver con una fuerte presión impositiva sobre los contribuyentes. Se debe implementar los mecanismos que garanticen una distribución más equitativa de la carga, para evitar que los bolsillos de los contribuyentes sigan siendo presas fáciles para solucionar todos los problemas que hay en la gestión.
Las escenas reflejan en la actualidad el esquema regresivo sobre el que se asienta la recaudación de las distintas cargas tributarias en nuestro país.
Sobre el hecho consumado (la aplicación de las tasas contributivas) es difícil extraer conclusiones si al momento de decidir por parte de los responsables existió el desconocimiento más pedestre o primo el oportunismo deliberado. Tal vez se trate de ambas cosas. Pero optar, a la hora de las hipótesis, entre definirlos como una torpeza o diagnosticar pura y tóxica impericia se torna un dilema espinoso.
El presupuesto es la expresión política concreta del gasto; el dinero –obvio es decirlo– es un bien fungible: lo que se asigna en un lado falta en otro; tal área será importante, tal otra será urgente, aquella conveniente, esta superflua.
Para evitar esta situación es necesario que cada gestión haga propicia la participación de toda la Comunidad, para que la población realice un diagnóstico de sus necesidades, las cuantifique, elabore sus demandas, escoja las prioritarias y efectúe un seguimiento de la ejecución de tales acciones.
Resulta de vital importancia, por un lado, que existan mecanismos que garanticen un flujo de información constante entre la actual gestión y la Comunidad y, por el otro, que se pongan sobre la mesa de discusión cuestiones tales como el urbanismo, el transporte público, la salud, la seguridad, la educación, la cultura, etc.
Lo expuesto se lo puede definir como un proceso de participación en la gestión del municipio, mediante el cual la ciudadanía debe proponer y decidir sobre el destino de parte de los recursos municipales junto con la Administración Local.
El principal objetivo, por lo tanto, es la participación directa de la ciudadanía en este proceso, para establecer sus principales demandas y preocupaciones priorizando las más importantes e incluyendo la anualidad correspondiente en el presupuesto del municipio, así como realizando un seguimiento del cumplimiento de los compromisos alcanzados.
Por tanto, para hacer realidad el fortalecimiento y modernización del Municipio y lograr niveles superiores de eficiencia y eficacia de la gestión pública, es un requisito esencial fortalecer el sistema presupuestario público.
Para fortalecer el sistema presupuestario es necesario que el presupuesto, en todas sus etapas, sea un efectivo instrumento para la definición, ejecución y evaluación de políticas públicas y no un mero mecanismo formal y ritual para el cumplimiento de normas legales.
Por lo expuesto es de considerable importancia la participación de toda la Ciudadanía en la instauración y control de la ejecución presupuestaria.
Atte.
Cr. Juan Andrés Zareba
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